William Adolphe Bouguereau

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lunes, 28 de octubre de 2013

CUANDO SE TRATA DE ELLA - ABU MUHAMMAD ALI HAZM - AL-ANDALUS

Ignace Spiridon, (1860/1900)


Cuando se trata de ella, me agrada la plática,
y exhala para mí un exquisito olor de ámbar.
Si habla ella, no atiendo a los que están a mi lado
y escucho sólo sus palabras placientes y graciosas.
Aunque estuviese con el Príncipe de los Creyentes,
no me desviaría de mi amada en atención a él.
Si me veo forzado a irme de su lado,
no paro de mirar atrás y camino como una bestia herida;
pero, aunque mi cuerpo se distancie, mis ojos quedan fijos en ella,
como los del náufrago que, desde las olas, contemplan la orilla.
Si pienso que estoy lejos de ella, siento que me ahogo
como el que bosteza entre la polvareda y la solana.
Si tú me dices que es posible subir al cielo,
digo que sí y que sé dónde está la escalera. 


Versión de Emilio García Gómez

De El collar de la paloma - Sobre las señales del amor.

domingo, 27 de octubre de 2013

VELOS - CUENTO ANDALUSÍ

Medina Azahara
Autor: Franjamares
Amina vive en el oasis de Sijilmasa, muy cerca del camino por donde pasa con asiduidad mercantil, bajo el tórrido sol del gran desierto africano, bien pertrechada de alfanjes y con polvoriento colorido, la famosa ruta del Oro. La cual no es sino una larga serpiente áurea que tiene su cabeza o su cola en Tombuctú o en Córdoba, según se quiera. La tarde en que arriba la caravana a la ciudad de Sijilmasa, se celebra una importante fiesta en la que aparte de degustar y reponer fuerzas, los caravaneros forman tratos de diferentes negocios, esta vez no los propios y reglamentados de las especies, las piedras preciosas y los metales, sino otros donde la magia entra en acción y se hace intercambio de artistas, de quiromantes y adivinos, cuando no de esclavos y eunucos.
Esta noche Al Malik, el jefe caravanero, hombre recio y tuerto del ojo derecho, por el que dicen que llora cuando se emociona, tendrá el gusto de ver una actuación muy especial, un grupo de bailarinas de esta medina sahariana representará, crótalos entre los dedos, “La danza de la creación del hombre”: Antes que nada sólo existía la Nube, de la que todo estaba en latencia; los dedos índice y pulgar de Dios castañearon y el sonido del bronce creó la primera vibración, y de esta surgió el mundo de los nombres y las formas, para cuya armonía fue creada la mujer y el hombre.
Este baile, que no es genuino de los bereberes, quienes usan como elemento rítmico principal el ciclo regulador de las estaciones y cosechas, lo introdujo en el grupo de danzarinas un eunuco de origen persa, de nombre Maduk, al que hará unos dos años abandonó a su albedrío y suerte una de las caravanas. Dicen que logró su libertad porque creó una pócima milagrosa que restauró la salud del jeque caravanero, cuyo principal componente era el veneno que extrajo de una serpiente. Aquella noche en la fiesta de su manumisión conoció a Amina, su mirada de ojos de ámbar fuego lo cautivó, y bailó con ella al ritmo de los tabales africanos una instintiva e improvisada coreografía. Tal fue la concordancia que encontraron sin buscarla que, a instancias de ella, el padre de Amina aceptó acoger a Maduk en su casa, para que cuidara del huerto, así como del puesto que tenían del zoco de Sijilmasa.
En cambio, esta noche de luna creciente, Amina y Maduk, con todo su grupo, escindiendo el aire de la gran jaima con sables persas, bailan “La danza del saif” en honor de la diosa guerrera y protectora Ifri y del dios bereber de la guerra Gurzil, con su perfil de toro; pero danzan con el propósito de conjurarla, de alejar la guerra de las arenas doradas del Sahara y de sus rutas caravaneras, que vienen disputándose en estos años de sequía, las poderosas tribus rustamíes contra los clientes de los andalusíes.
Al Malik, ha soltado una lágrima por su ojo seco. La danza lo ha emocionado y los versos del poeta Ibn Gacel han terminado por surtir la fuente salada de su lágrima, una sola pero larga e inagotable con el río Ziz. Junto a él está Ibn Yulyul, médico del califa que trae en su alforjas una importantísima encomienda, no solo para el príncipe sino para todo el impero de los omeyas. Ha perseguido por los montes y sabanas del Níger y el Sudán, al más grande y recóndito de los unicornios, no aquel mítico con grupa de acémila y barbas de chivo, sino el fornido rinoceronte blanco, de cuyo único cuerno se extrae un polvo que mezclado con unas semillas nacidas de un árbol único de la zona, proporciona el milagroso bálsamo al-Qarniyya, potenciador de la salud, del deseo y del vigor.
La lágrima del jeque, que cuando surte vuelve a éste generoso,  va a significar un cambio en las vidas de los bailarines. Ibn Yulyul cuantifica el ofrecimiento. Una bolsa con tantos dirhemes como estrellas en el firmamento sahariano y una vida de elevación y de arte en el más excelso de los lugares que nunca antes se hayan construido, Medina Azahara.
No hay mucho que pensar, y solo les queda, hasta la mañana siguiente, el tiempo justo del beso a la madre y a los demás familiares, el de la despedida del padre, que agarrará emocionado la dote y el de preparar el hato con sus cosas, pocas, las precisas para no arrastrar en su nueva andadura más carga del pasado, que la indispensable.
El curso de la gran serpiente lleva a Amina y a Maduk hasta Fez, y luego hasta Tanger, donde embarcan hasta Tarifa. Ya en la península, se separan de la suerte de la caravana y toman en compañía del poeta Ibn Gacel y del sabio Ibn Yulyul, las calzadas que conducen a Córdoba, haciendo parada en las medinas de Morón y Écija.  En esta última pasan la noche en casa del Cadí. Tras una suculenta cena donde degustan pichones asados en salsa de almendras, el grupo de músicos toca una hermosa nuba del maestro Siryab, en la que dejan volar la imaginación con la voz espiritual de una de las hijas del anfitrión. Luego acabará la fiesta en una dilatada zambra, en la que bailan y bailan, Amina y Maduk, con todos los invitados, hasta pasada la medianoche.
Al día siguiente temprano parten para Córdoba, desde lejos contemplan la capital amurallada que se alza majestosa y al pasar por el viejo puente la ven doblemente bella en el espejo del Guadalquivir. Entran en la mezquita para el salat del mediodía y Amina estalla en lágrimas al ver y sentir emocionada el inmenso bosque de columnas y arcos de herradura, magna obra jamás vista por su humilde mirada, y que atesora la paz y la compasión que millares de fieles han sentido en su seno.
Luego almuerzan en casa del poeta, pues por la tarde, tras el tercer rezo, antes de que al sol tinte de azafrán, tienen audiencia con el califa al-Hakamn en Medina Azahara.
La impotencia del monarca, no es sino la salud quebradiza que siempre padeció, y que lo condujo a sufrir una hemiplejia hará unos tres meses. Esta tarde Ibn Yulyul, trae en su faltriquera el bálsamo milagroso al-Qarniyya que elaboró junto al árbol sahariano, pero también trae a la pareja de bailarines, sabedor del refinado gusto del califa por las artes, en especial por la danza. Amina y Maduk interpretan en el salón de embajadores de Medina Azahara, donde todos los mamndatarios del mundo conocido quedan extasiados ante tanta belleza y riqueza, la “Danza del velo”: El alma del hombre universal, que se compone de intelecto y emoción, tiene que deshacer todos sus velos para que recuerde la luz de su espíritu y sepa verdaderamente cuál es su Ser.

Al-Hakam observa con atención a los danzarines, sus movimientos  se acompasan con el latido de sus emociones, entran en su ser, mueven levemente sus músculos, incluso los de la zona paralizada, se pone en pie ante el asombro de todos, apoyado levemente en el brazo de su mujer, la princesa vascona, mueve  su cuerpo al compás de la música remedando los movimientos sincopados de los actores.
La sonrisa ilumina el rostro del médico. La mejoría del sultán es inaudita y no sabe bien a qué achacarla, si a los gráciles compases de la danza del velo; al bálsamo del unicornio africano (jamás se vio tal efecto en tan corto plazo), aunque en este punto ya encuentra motivos, pues al mirar a Maduk tras la pirueta final, éste le ha hecho un guiño, señal que los une en la complicidad con que ultimaron definitivamente el bálsamo, agregando a la mezcla su jumento de serpiente; o, por último: a la belleza radical de la muchacha bereber, la bella Amina, cuyos movimientos rozan en la misma latencia del Aliento del Todo Misericordioso.
Quizá el califa apoye instintivamente, para su pronta mejoría, esta última opción, y haya comprendido en la gracia de Amina y sus movimientos, qué velos son los que turban su salud.


Yo lo leí en el blog maravilloso:


sábado, 26 de octubre de 2013

¿QUIÉN FUE AVERROES?



JOSEFINA PERDOMO
Una de las ramas de la medicina a la que más le dio importancia, fue la dietética, pero en función del individuo, como base de cualquier tipo de tratamiento y también como prevención. La dieta ha de ser la adecuada según sea el metabolismo de la persona, su profesión, hábitos, la región y el clima en que vive, etc. Junto a la dieta, otro de los factores que defiende a ultranza va a ser el cuidado de la higiene. La higiene es fundamental no solo para la salud de nuestro cuerpo físico, sino también para nuestro cuerpo emocional.
Averroes y la cocina
De entre sus textos médicos, se han encontrado distintas curiosidades referentes a las investigaciones que realizó con respecto a una dietética universal y beneficiosa, de entre cuyos elementos más importantes, destacó el aceite de oliva, por ejemplo, y recomendó su uso dando distintas maneras de cocinar con él.
También destacó las propiedades nutritivas del arroz con leche y las berenjenas, calabazas andalusíes, cañamones, etc. Alaba las propiedades de los higos y las uvas, las granadas, y sobre todo, las espinacas. Pero si había algo que él considerara muy por encima en cuanto a sus propiedades curativas, fue el huevo. El huevo lo curaba todo, desde los dolores oculares hasta hemorroides, y recomendó el freírlos con aceite de oliva.


Averroes y la mujer
Bastante crítico con los gobiernos de su época, fue un defensor a ultranza de los derechos de la mujer. En sus contribuciones a la ciencia jurídica (sobre todo, en su obra “Bidayat al-muÿtahid wa-nihayat al-muqtasid fi-l-fiqh” “El punto de partida del doctor autorizado y término supremo del doctor moderado sobre la jurisprudencia”) cabe destacar su aprobación por el hecho de que el esposo cumpla con las condiciones requeridas por su esposa, incluso el que no contraiga segundas nupcias. Que los parientes de la mujer adulta, no deben de impedirle que se case con quien ella desee, y exige siempre el consentimiento de aquella, sea adulta o no, ante cualquier matrimonio. Aprueba el hecho de que el cadí tenga autoridad a la hora de divorciar el matrimonio donde la mujer sufra malos tratos, y no está de acuerdo con la obligación de llevar el velo.


Como vemos, Averroes se presenta como un filósofo y pensador bastante completo, que se preguntó y planteó una serie de cuestiones bastantes dogmatizadas en su tiempo. Además, amplió el campo de conocimientos científico, con sus estudios y teorías tanto en medicina como en todo tipo de ciencia en general. Y algo también igual de importante fue el hecho de que con él y con el resto de pensadores andalusíes, pudieron tener aquí, en Occidente una perpetuación todas las ideas que nos llegaron desde Roma y Grecia y su pensamiento filosófico. Como vemos, el espíritu de perpetuación continúa hasta nuestros días, con la aportación de todos aquellos que gracias a su genio innovador, rompieron barreras y traspasaron las fronteras del tiempo para traernos un pedacito de sabiduría.

Lo he leído en este blog:

jueves, 17 de octubre de 2013

FRIGILIANA ÁRABE Y MORISCA: LA CABALGADA DE FRIGILIANA







Frigiliana (Málaga).- El 23 de julio de 1548, el deseo de buena parte de la población morisca de Frigiliana (Málaga) de abandonar la Península y llegar al Norte de África fue truncado por un ataque militar de los cristianos, que supuso la muerte y captura de los primeros, como se analiza en un libro.
El autor, el historiador Pablo Rojo (Málaga, 1974) ha señalado a Efe que su obra "Frigiliana árabe y morisca: La Cabalgada de Frigiliana" viene a arrojar luz sobre el periodo morisco de esta población del interior de la comarca de la Axarquía.
Rojo ha explicado que una cabalgada es un evento militar, usualmente a caballo, en el que se ataca a un grupo de personas, y en este caso, los cabalgadores eran hombres de fortuna procedentes de Vélez-Málaga, que, con la intención de obtener un cuantioso botín, acudieron a la playa de Burriana de Nerja para acometer a cincuenta piratas berberiscos.
Éstos habían desembarcado en la madrugada del 23 de julio de 1548, provenientes de Tetuán, y pretendían transportar en seis galeotas hasta su ciudad a los moriscos de Frigiliana, que entre hombres, mujeres y niños sumaban también unas cincuenta personas.
Con la llegada del alba, aparecieron los cristianos, que dieron muerte a casi todos los hombres de Frigiliana, mientras que los niños y la mujeres fueron hechos presos y conducidos a la cárcel de la Alhambra.
"La historia que sigue es apasionante, porque a través de la documentación del Archivo de la Alhambra, podemos hacer un seguimiento de lo que pasó con esas mujeres y niños, que fueron maltratados y esclavizados por los propios participantes veleños de la Cabalgada", ha manifestado Rojo.
El libro incluye las transcripciones de las declaraciones que hacen las moriscas para intentar probar su inocencia en el juicio que se celebró poco después.
Según el autor, estos testimonios son "impagables, por lo sentidos y reales que son", y algunos de ellos demuestran la relación de solidaridad que existía entre las mujeres moriscas y las cristianas de Frigiliana.
La presentación del libro tendrá lugar este sábado en Frigiliana, en el contexto del Festival de las Tres Culturas, y contará con la intervención del doctor en Historia Francisco Capilla y la historiadora Purificación Ruiz, que participarán en una charla sobre la presencia morisca en esta localidad.
El municipio malagueño, de unos 3.000 habitantes, fija como escenario de la convivencia entre culturas su barrio morisco-mudéjar, conocido popularmente como "Barribarto" y que constituye una de las estructuras arquitectónicas más puras que se conservan de la ocupación musulmana de la Península Ibérica.
El "Barribarto" cuenta con doce murales en los que se narra la batalla del Peñón de Frigiliana, que tuvo lugar en 1569, constituyó un episodio de la Rebelión de las Alpujarras y se saldó con la derrota de los moriscos. 
Fuente: el extraordinario blog de mi amigo José Urbano Priego, poeta y escritor granadino. Os dejo su blog:

jueves, 10 de octubre de 2013

LA HISTORIA DE RONDA - CIUDAD MALAGUEÑA

Situado en una zona muy montañosa, a unos 750 metros sobre el nivel del mar, Ronda es una ciudad de Málaga que vive al borde del precipicio. "El Tajo", un profundo cañón de 100 metros, separa el casco antiguo de lo nuevo unido por tres puentes, cada uno construido en una época histórica diferente: romana, árabe y del siglo XVIII.




Los restos prehistóricos encontrados en las proximidades de la ciudad de Ronda, así como los que aparecen diseminados por toda la serranía de Ronda, indican que fue uno de los lugares idóneos para los pobladores de aquellos tiempos. Los yacimientos más importantes son la Cueva de la Pileta (Benaoján) y los dólmenes de El Chopo y de La Giganta. También quedan huellas del posterior paso por estas tierras de griegos y fenicios; estos últimos se establecieron en la cercana Acinipio, antiguo núcleo de fundación ibera, y de los griegos.




La fundación de la actual ciudad de Ronda vino de manos del romano Escipión, quien edificó un castillo, sede de la Orden Militar Arundensis, cuyo nombre primitivo fue Arunda, y más tarde Laurus (derivado de 'laurel'). A los pies del castillo se construyó el primer asentamiento, que se constituyó en una de las primeras poblaciones que, tras la victoria de César sobre Pompeyo, alcanzaron el título de ciudad, después de lo cual fue elevada a la categoría de Municipio, lo que dio a sus vecinos el derecho de regirse por sus propias leyes. 

Las ruinas que quedan de la ciudad de Ronda en esta época son escasas y se reducen a sillares que forman parte de las murallas, estatuas y otras de poca importancia.




Tras la caída del Imperio, los suevos, mandados por Rechila, se posesionaron de Arunda y Acinipo (Ronda la Vieja, al norte de Arunda). Posteriormente, Atanagildo y los bizantinos tomaron la ciudad, hasta que Leovigildo los expulsó y consiguió con ello la unidad de la Península.
En agosto del año 711, Ronda fue ocupada por el jefe beréber Zaide Ben Kesadi El Sebseki sin resistencia, por lo que fue considerada plaza entregada y no fortaleza conquistada, nombrándose jefes y administradores entre sus habitantes, los cuales sólo debían pagar el tributo llamado capitación. 


Durante la dominación musulmana recibió el nombre de Izn-Rand Onda, 'la ciudad del castillo'. Entre el 766 y 1015 se produjeron toda un serie de luchas intestinas entre los propios musulmanes, hasta que el protegido de Almanzor, Abu Nur Hilal Ben Abi Qurra, entra en la ciudad, declara la ineptitud del califa Hixen III, y transforma a Ronda en reino independiente. Desde este momento hasta la conquista por los Reyes Católicos, estuvo en poder de varias familias musulmanas que conscientes de la importancia de la villa, hicieron de ella su objetivo para poder independizarse.




El 22 de mayo de 1485 los Reyes Católicos entraban en la ciudad; al mismo tiempo, cae bajo su dominio casi la totalidad de la serranía. Ese mismo año se creó el ayuntamiento de Ronda, y se concedieron a la ciudad idénticos privilegios que a Toledo y Sevilla. 

Ronda y su Serranía fue el gran foco del levantamiento mudéjar de 1501 que, más tarde, se extendería a gran parte de la provincia de Málaga. Vencidos los musulmanes, muchos de ellos fueron vendidos como esclavos y otros expulsados a África. A partir de este momento comenzó para la ciudad una etapa de prosperidad que obligaría a extender progresivamente su trazado urbanístico y que se prolongó hasta principios del siglo XVIII.




Con la invasión de las tropas napoleónicas, en 1808, se produjo la destrucción de la alcazaba musulmana.







viernes, 4 de octubre de 2013

LA MUJER MORISCA

La clandestinidad en la que vivieron las familias moriscas, fue incrementándose en la medida en que fue haciéndose mas y mas fuerte la represión eclesiástica y civil sobre las comunidades moriscas .
De ahí que la mayoría de las actividades propias de la religiosidad musulmana y de las costumbres y tradiciones moriscas, hubieran de refugiarse en el interior de los hogares al abrigo de la vida cotidiana y con la protección y la complicidad de familia y vecinos.
Ni al abrigo de sus muros estuvieron a salvo los moriscos de ser denunciados, multados o llevados ante el Santo Oficio, pues numerosos bandos dados a conocer en todos los Obispados donde vivían comunidades de cristianos nuevos autorizaban a alguaciles, párrocos y cristianos viejos a entrar en las viviendas moriscas de día o de noche y comprobar que ni se cocinaba lo que no se debía, o si habían imágenes de santos en las paredes, o se hablaba el algarabía o….se detectaban cualquiera de los miles de rasgos culturales y religiosos sobre los que sostenían su identidad colectiva e individual.
La mujer por lo tanto cumplió un doble papel en el seno de la familia morisca. Su trabajo en el interior del domicilio familiar, no se reducía tan solo a las actividades estrictamente domésticas, que no eran precisamente pocas ,y entre las que se encontraba la cría de los animales domésticos, salir a fuentes y arroyos a lavar la ropa, hacer la comida, encalar las paredes, traer el agua y todo cuanto muchas de nuestras abuelas aun recuerdan de la vida tradicional en los núcleos rurales de la Península.
También trabajaba la mujer morisca en las industrias de transformación de productos. En pueblos como Crevillente eran famosas las alfombras y esteras que fabricaban las mujeres moriscas para su posterior comercialización, también en Murcia y Valencia se trabajaba la seda lo que implicaba como en muchos otros lugares la existencia de telares domésticos, ruecas y devanadoras de lana y otros objetos de uso corriente en las economías rurales de la época.
Pero además fue precisamente la mujer morisca la transmisora de los factores identitarios, culturales y religiosos que cualificaron la resistencia cultural morisca hasta los mismos días de la expulsión. Trabajo especialmente difícil pues implicaba apercibir a los niños para que pudieran sobrellevar con el menor peligro posible su doble condición de cristianos fueran y musulmanes en casa.Numerosos son los datos que nos ilustran sobre las graves consecuencias que podía tener para los padres una debilidad o un despiste inocente de los niños para su propios padres.
Fue la mujer morisca la que continuó elaborando las comidas y productos tradicionales y legándolo a las generaciones posteriores. Fueron las mujeres moriscas las que mantuvieron con mas empecinamiento y voluntad las indumentarias heredadas de madre y abuelas, hasta el punto de ser duramente reprimidas por llevar sus almalafas, zapatos de color o aderezos y joyas “ a la morisca”.
Las mujeres mantuvieron en pié tradiciones de boda ,nacimiento y entierro siendo las auténticas protagonistas de que el ciclo vital de los moriscos sufriera lo menos posible los embates de la represión eclesiástica.
Cuando nacen los niños son las madres obligadas a llevarlos a la Iglesia, presentarlos y bautizarlos ,pero serán también las que a la vuelta a casa lleven a cabo las ceremonias de descristianización de los infantes (las fadas).Cuando muere un moriscos, ellas serán las que velen, amortajen y laven a la musulmana a los difuntos, elaboren las mortajas y acondiciones las casas para las ceremonias.
La Inquisición y autoridades civiles y eclesiásticas no eran ignorantes de este papel. La represión sobre las mujeres no fue nunca menor que la ejercida sobre los moriscos varones. Es mas. En algunos momentos y en algunas zonas específicas, los jueces del Santo Oficio saben que si logran romper la resistencia de las mujeres tendrán el camino abierto a la represión de toda la comunidad.
Alejadas de la escuela, son sin embargo las celosas guardianas de la algarabía. Las primeras palabras que reciben los niños moriscos en numerosos pueblos de la península (especialmente, pero no solo, en Valencia y Granada) son en árabe.
En el interior de la Comunidad criptomusulmana, la mujer morisca parece haberse mantenido fuera de la esfera de las actividades mas públicas .No en el seno de las pequeñas localidades, donde conviven unas pocas decenas de familias y en las que resulta complicado diferenciar el espacio domestico del público, si en el marco de las grandes morerías de los pueblos de población mixta. Este apartamiento de lo público (comercio, viajes, gestiones ante las autoridades) explica que en muchos casos nos encontremos que mientras la población de los varones era notoriamente bilingüe en su vida cotidiana, las mujeres sean en general “muy poco ladinas” como comentaban los párrocos.
No pcas veces vemos a las moriscas pedir traductores cuando se ven encausadas ante el Santo Oficio, o mostrarse totalmente ignorantes de castellano o Valenciano ,ante los espantados Visitadores que las interrogan sobre su conocimiento de la Fe
Artículos relacionados:
1.-VICENT,Bernard: "Las mujeres moriscas" en G. Duby y M Perrot (eds.).Historia de las Mujers.Del renacimiento a la Edad moderna,Barcelona,Santillana,1994.
2.-LOPEZ DE LA PLAZA,G. :"Las mujeres moriscas granadinas en el discurso político y religioso de la Castilla del Siglo XVI (1492-1567)", En la España Medieval,16,1993.
3.-GARCIA HERRERO, M.C.:"Las mujeres en la Zaragoza del Siglo XV",Zaragoza,Ayuntamiento 1990.

martes, 1 de octubre de 2013

LAS DOS AMIGAS DEL PASEO DE LOS TRISTES. ALBAICÍN, GRANADA. JOSÉ GOMEZ MUÑOZ



ALBAICÍN, GRANADA

146 - LAS DOS AMIGAS DEL PASEO DE LOS TRISTES


Una tenía diecinueve años y la otra veinte. Se conocían desde pequeñas, jugando en la puerta de sus casas, en el barrio del Albaicín. Siguieron siendo amigas en su etapa del colegio, en el instituto y luego en la universidad. Las dos iban a la misma facultad y estudiaban lo mismo. Y, aparte de las cosas propias en todos los jóvenes a esta edad, lo que más les gustaba a ellas, era irse por las tardes al Paseo de los Tristes y sentarse en el muro que encauza al río. Lo mismo que hace muchas personas, jóvenes y de su misma edad y también los turistas. Pero a ellas, especialmente, les gustaba venirse a este sitio y sentarse en el muro, para charlar de sus cosas, con la figura de la Alhambra al fondo, el bosque de la umbría, el cauce del río, el barrio del Albaicín a su derecha y la explanada con la fuente del famoso Paseo de los Tristes.



ALBAICÍN, GRANADA

Frente a ellas y según estabas sentadas en el muro, siempre les quedaba el edificio del que fue Hotel Reuma, los jardines que todavía se ven por ahí, los álamos que clavan sus raíces al borde mismo de las aguas, el barranco por donde baja el arroyo de la Cuesta del Rey Chico, el bosque de la umbría de la Alhambra y la Casa y Puente de las Chirimías. Y precisamente este rincón, junto a la Alhambra y al lado de debajo de la plaza, era el que más le gustaba a ellas. Por eso mientras charlaban de sus cosas, sentadas en el muro del río, de vez en cuando se preguntaban:
- ¿Cómo sería esto en aquellos tiempos?
- ¿En qué tiempo estás pensando?
- Cuando en la Alhambra había reyes y, en las torres, vivían las princesas.
- Yo no lo sé pero seguro que todo esto estaría lleno de gente cogiendo aguas del río y lavando la ropa en la corriente. También los niños jugarían por aquí y los mayores irían con sus borriquillos. 
- ¿A qué sería interesante que una tarde apareciera por este rincón algún príncipe de aquellos?
- No digas tonterías. Eso nunca podrá ser y, si por alguna circunstancia se hiciera real ¿qué crees tú que nos contaría?
- Seguro que se asustaría al ver lo que ahora somos todos por aquí.



GRANADA

Y una tranquila tarde de otoño, estaban ellas sentadas en el mismo un muro de piedra. Corría un airecillo suave, olía la tarde a humedad, de los álamos se desprendían las hojas ya con tonos ocres y por la umbría, todos los almeces se vestían también con tonos de otoño. Revoloteaban las nubes por encima de la Alhambra y en lo más alto del Cerro del Sol y Silla del Moro y por las partes de arriba del río Darro. La más joven dijo a la mayor:
- ¿Te imaginas que algún día de éstos apareciera por aquí algún príncipe de aquellos?
- Que eso no será posible nunca pero…
Y no le dio a ella tiempo de terminar de expresar su opinión. Justo en ese mismo momento, un joven se paró junto a ellas, las saludó y sin más preámbulo les preguntó:
- ¿Os gusta a vosotras el otoño?

Las dos se miraron extrañadas y luego miraron al joven. Después la mayor respondió:

- A nosotras nos gusta mucho el otoño pero ¿quién eres tú y por qué nos haces esta pregunta?
- Soy parte del otoño universal y lo más esencial del otoño de Granada. Y os hago esta pregunta porque necesito que alguien me perdone.
Las dos amigas nuevamente se miraron, ahora aún más extrañas. La más joven preguntó:
- ¿Acaso eres tú el príncipe del otoño de Granada?
- Casi.
- ¿Y quién tiene que perdonarte?
- Alguien en aquellos tiempos, me condenó sin ser yo culpable y desde entonces aparezco y vivo por aquí cada vez que llega el otoño a esta ciudad mágica. ¿Sabéis vosotras lo que es el perdón?
- Algo sí ¿y tú?
- Todas, todas las personas en este mundo, necesitamos ser perdonados para existir y tener vida. El perdón es algo tan grande que lo necesitamos tanto o más que el aire que respiramos.

Al oír esto, las dos amigas otra vez se miraron. Miraron luego para la Alhambra y cuando volvieron sus cabezas para donde estaba el joven, ya no lo vieron. Sí descubrieron, muchas hojas teñidas de ocre rodando por el suelo, empujadas por el aire. La más joven preguntó a la mayor

- ¿Será cierto que hemos estado hablando con el otoño?
- ¿Y será cierto que, un príncipe de aquellos tiempos, vive todavía por aquí transformado en esta estación del año?

JOSÉ GOMEZ MUÑOZ


Escritor, de Granada, lo he descubierto y estoy embelesada con sus libros, fotos, relatos y demás. 


Relatos cortos inéditos que son parte de un libro llamado "Ventanas a la eternidad". Los temas de estos relatos todos están centrados en la Alhambra, monumento, los jardines y paisajes que le rodean, así como el precioso valle del río Darro, barrio de Albaicín, Sacromonte, Realejo y Granada. De José Gomez.



Os dejo con un vídeo de José Gómez, Los rincones más bellos de Granada, Disfrutad! es una maravilla




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