William Adolphe Bouguereau

William Adolphe Bouguereau

Traduce a tu idioma

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documentales Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

martes, 25 de marzo de 2014

ABEN-HUMEYA - EL REY MORISCO

Decía Don Blas Infante:

“Cuando todos los andaluces conozcan su verdadera historia y esencia, será cuando llegaremos a obtener la fuerza necesaria para exigir el respeto que se nos debe, por tener una personalidad tan diferente de aquella que trataron de imponernos por la fuerza". 



El rey morisco Aben Humeya, rey que se sublevo ante el poder establecido, para defender la cultura y costumbres de todo un pueblo y que tras luchar ferozmente contra sus enemigos en clara desventaja, fue traicionado y asesinado por uno de los suyos.




El próximo 24 de Diciembre, se cumplen 438 años del coronamiento de Fernando de Córdoba y Valor (Aben Humeya) como Rey de Andalucía en los prolegómenos del levantamiento de las Alpujarras, donde moriscos andaluces se sublevan contra los invasores castellanos.

Este levantamiento se produce por el incumplimiento de las capitulaciones por parte de los castellanos. Las Capitulaciones, fueron acuerdos entre Estados: los reinos Andalusíes de un lado y Castilla y Aragón de otro, en el que los primeros rendían vasallaje a los segundos, a cambio de que estos respetaran su lengua, su religión, sus costumbres, sus propiedades y sus vidas.

Conquistada Granada en 1492, las condiciones de existencia de los moriscos quedan recogidas en las Capitulaciones de Santa Fe, en las que se les permitía entre otras cosas mantener sus propiedades, sus costumbres y su religión. Estas condiciones se quebrantaron desde el primer momento, obligando a los moriscos, en pocos años y por la fuerza, a convertirse al cristianismo. Muchos moriscos convertidos se seguían sintiendo musulmanes y practicaban a escondidas su religión.
   
Con Felipe II, auténtico fanático religioso, la opresión se hace insoportable para los moriscos, obligándoles no sólo al cambio de religión, sino a un abandono de sus costumbres, tradiciones y vestimentas ("se les prohíbe el uso del vestido morisco, las fiestas, el uso de los baños, y se les obliga a dejar las puertas de las casas abiertas y llevar las mujeres el rostro descubierto"). Por otro lado, los cristianos y militares (2 ó 3 familias en cada pueblo) sometían a la gran mayoría de población morisca a continuas vejaciones, dando lugar a que muchos moriscos se refugien en la sierra y se dediquen al pillaje y a la venganza ("los monfíes").

Empieza ahora un largo y penoso éxodo para los moriscos del Reino de Granada por toda la Península, Norte de África y América.  Durante años vagaron sin rumbo fijo, soportando vejaciones de todo tipo, muertos de hambre, con sus ropas hechas jirones, ... por ley no podían recibir auxilio de ningún cristiano. Para los que aún poseían algunos recursos el exilio era posible, pero para los menos afortunados (la mayoría eran agricultores, pastores y artesanos humildes) y los que aún se resistían en dejar la tierra de sus antepasados, la única solución era pasarse por cristianos viejos e intentar volver al reino de Granada con el paso de los años.


Solo siete años tardaron los conquistadores en incumplir los acuerdos pactados, publicando innumerables “pragmáticas” en las que se prohibía utilizar la lengua en la que se expresaban y escribían los andaluces, el árabe clásico y el dialectal, se prohibía vestir sus trajes habituales, se prohibían sus ritos religiosos, sus costumbres, quemando sus libros, su conocimiento, su cultura, su historia, su memoria…confiscándoles tierras y propiedades, desintegrando comunidades al desarraigar a los moriscos de sus poblaciones de origen, exiliándolos de unas partes a otras de Andalucía, obligando a muchos de ellos a huir a otras tierras donde poder vivir sin renunciar a su cultura y a sus creencias.

Esta política de genocidio cultural fue completada con la falsificación histórica relativa a la identidad de la población Andaluza, mediante un sistema educativo que obvió la historia de Andalucía, para imponernos la historia de Castilla (España), aderezada con la mayor patraña jamás contada: en el año 711 los árabes invaden “España”, en Covadonga se inicia la reconquista, expulsando a los árabes y repoblando Andalucía con Castellanos y Gallegos. De esta manera tan burda y gracias a 500 años de ausencia de libertad, han borrado del Andaluz cualquier resquicio de su identidad, asumiendo la identidad de los conquistadores, y evitando (con numerosísimas excepciones en los siglos XV, XVI, XVII y XVIII), cualquier levantamiento de la población Andaluza contra el poder establecido.

Del éxito del trabajo de los inquisidores y censores españoles, que han impedido que los Andaluces conozcamos nuestra historia, asumiendo nuestra identidad propia, peculiar, diferenciada del resto del estado español, por cultura, lengua e historia, resulta la actual falta de identificación de la población andaluza con los movimientos nacionalistas.

Por todo ello, los andaluces de conciencia, deberemos solicitar de los partidos políticos y del parlamento andaluz, sean tomadas en cuenta las siguientes reivindicaciones:

1.- Nombramiento de Fernando de Valor como hijo predilecto de Andalucía por ser el primer Andaluz en luchar por la libertad de nuestra tierra.
2.- Potenciación de la enseñanza del idioma árabe, pues gran parte de nuestra historia está escrita en ese idioma y recuperarlo es el mejor homenaje que podemos hacerle a aquellos andaluces que fueron ajusticiados por la inquisición por hablarlo y escribirlo.
3.- Reconocimiento y consideración de Andaluces para todos aquellos descendientes de Andaluces moriscos que por la represión del Estado español tuvieron que salir de Andalucía, tal y como hizo el Rey de España D. Juan Carlos I con los Sefardies españoles.
4.- Cambios en los planes de estudios para que los jóvenes Andaluces conozcan la historia y cultura de su tierra, sin prejuicios ni mentiras.
5.- Dotación de fondos para la recuperación del patrimonio arquitectónico andalusí.
6.- Solicitud al Estado español y a la Iglesia Católica para que pidan perdón al pueblo andaluz por el genocidio cometido sobre su población y por quinientos años de opresión y marginación política, social y económica.

En estos días, en que se está debatiendo la “ley sobre la memoria histórica” en el parlamento español, siendo solicitada la incorporación a dicha ley de la anulación de las sentencias del franquismo, entre ellas la que condena a Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza, por su labor en pro del nacionalismo y de la dignidad andaluza, no debemos olvidarnos de aquellos a los que el mismo Blas Infante consideró como precursores del Nacionalismo Andaluz: los moriscos levantados frente al poder genocida de Castilla, representados por el hombre al que estos decidieron otorgarle el título de Rey de Andalucía: Fernando de Córdoba y Valor: ABEN HUMEYA.

Alí Manzano

Fuentes:

http://alimanzano.blogspot.com.es/2014/03/aben-humeya-rey-de-los-andaluces.html


http://www.aldearural.com/alpujarra/historia/aben%20humeya.htm


martes, 11 de marzo de 2014

PRIMEROS REINOS TAIFAS - ESTUDIO COMPLETÍSIMO HECHO POR AL-ANDALUS - PARA ENTENDER MEJOR NUESTRA HISTORIA



La Taifa de Valencia o taifa de Balansiya era uno de los reinos de taifas creados a raíz del fin del Califato de Córdoba en 1010. Duraría hasta el 1238, cuando fue conquistada por Jaime I y se creó en su lugar el Reino de Valencia.
Tras la caída del Califato de Córdoba, a comienzo del siglo XI, Valencia se convirtió en capital de un Reino de Taifas, y, por lo tanto, experimentó un importante crecimiento urbanístico.
Los primeros caudillos y creadores de la Taifa fueron Mubarak (Mbarek) y Muzzafar, que reinaron entre 1011-1020, funcionarios que tuvieron cierta independencia y que estaban relacionados con los amiries, que llegaron incluso a acuñar moneda.
Tras la desaparición de estos dos régulos los sucedió Lebil de Tortosa, importante personaje amirí y eslavo como los anteriores régulos. En 1019, por las presiones del rey de la taifa de Denia compartió el poder, aunque finalmente abandonó Valencia y se trasladó a Tortosa. Como representante del partido amirí, eligió como regulo de Valencia a un descendiente de Almanzor, que había huido de la caída de Córdoba y se había instalado en Zaragoza. Este regulo sería Abd al-Aziz ibn Amir.


La dinastía amirí




En 1021 llegó al trono Abd al-Aziz ibn Amir, (nieto de Almanzor y de Sancho II Abarca) fundando la dinastía amirí en Valencia,4 que fue el rey que haría de la Taifa de Valencia una de las importantes de la primera mitad del siglo XI.
En su política exterior, pasó de tener una buena relación con los reyes de Denia y Baleares a la hostilidad, en sus luchas pidió ayuda a los cristianos, (como nieto de Sancho II Abarca. Tuvo guerras contra la taifa de Almería, cuya población le llegó a nombrar rey, pero por poco tiempo
Durante el reinado de Abd al-Aziz (1021-1061) fue un gran constructor, se construyó una nueva muralla con el propósito de proteger a la población y a aquellos que llegaban de otros lugares de al-Ándalus. Además de las murallas, construyó su almunia (palacio real, en árabe). El arabista Henri Pérès en su libro Esplendor de al-Ándalus, habla de la belleza y grandiosidad del palacio, que


"comprendía un gran jardín plantado de árboles frutales y flores y un río que lo atravesaba, y en el centro se encontraba el palacio, con pabellones ricamente decorados, que se abrían al jardín"
Henri Pérès


Abd al-Aziz ibn Amir murió en enero de 1061
Le sucedió su hijo Abd al-Malik ben Abd al-Aziz al-Mansur (1061-1064). Como consecuencia de las campañas de Fernando I para controlar y cobrar parias, atacó y derrotó a este régulo a pesar de los recursos enviados por su suegro. Pero el rey castellano-leonés no pudo aprovechar el triunfo. Enfermo, tuvo que volver a su corte donde falleció, lo que fue aprovechado por Al-Mamún de Toledo para destronar al régulo valenciano, procediendo a la incorporación de la taifa de Valencia a la de Toledo (1064-1075).
Tras la muerte de Al-Mamún de Toledo (1075) otro hijo de Abd al-Aziz ibn Amir ocupo el trono Abu Bakr ben Abd al-Aziz9 (1075-1085), pero no llegó a acuñar moneda. Parece que en este momento Valencia gravitó entre las dos taifas más importantes del ámbito septentrional, la taifa de Zaragoza y taifa de Toledo, procediéndose a enlaces matrimoniales con elementos de ambas taifas. A Abu Bakr ben Abd al-Aziz le sustituyó su hijo Utman ben Abu Bakr10 (1085-1086) que reinó poco tiempo. Con él acaba la dinastía amiri al mando de la taifa de Valencia.


Otros régulos

Utman ben Abu Bakr fue sustituido de la cabeza de la Taifa de Valencia por Alfonso VI y las tropas cristianas, poniendo en su lugar como rey a Al-Qádir (1086-1092) anterior rey de la taifa de Toledo, posteriormente, un cadí de Valencia, reunió a los elementos anti Al-Qádir destronándolo y como consecuencia de un motín asesinando a Al-Qádir, este cadí, Yafar ben Abd Allah Ben Yahhaf11 (1092-1094), fue el último rey antes de la ocupación de Valencia por parte de el Cid en venganza por la muerte de Al-Qádir. El Cid, conocedor de la historia y tradiciones del islam, le aplicó a Yahhaf, para deshacerse de él, el mismo procedimiento de castigo llevado a cabo por Mahoma como contra uno de sus enemigos


El Cid y Jimena (1094-1102)

La Taifa fue conquistada por el Cid en 1094 (entrando en la ciudad el 17 de junio de 1094)13 como príncipe independiente.



El Cid murió en Valencia el 10 de julio de 1099. Su mujer, Jimena, consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III de Barcelona, hasta el año 1101, en el cual el rey Alfonso VI de Castilla considerando las dificultades de defender la ciudad el 4 de mayo de 110214 ordenó la evacuación de la ciudad por parte de los cristianos e incendiándola. El día después, 5 de mayo de 1102 Valencia cayó en poder de los almorávides al mando de su caudillo militar Mazdalī.


Los almorávides (1102-1144)

Tras la muerte del Cid (1099) y del regreso de la viuda Jimena a Castilla (1102), los almorávides se hacen con el poder en Balansiya al mando de Mazdalī, que gobernó la ciudad por un año de manera rigurosa, aunque un año más tarde fue nombrado gobernador de Tremecén, siendo sustituido como gobernador por Abū Abd Allāh Muhammad ibn Fātima, que incorporaría la taifa de Albarracín a los almorávides e incluso prestaría ayuda a Al-Musta'in II de Zaragoza frente a las acometidas de Alfonso el Batallador.
Pero el imperio almorávide entró en decadencia tan rápidamente como se había constituido. Alfonso el Batallador de Aragón había aprovechado la carencia de cohesión de los almorávides para tomar Zaragoza (1118), Calatayud (1121) y Daroca (1122).
Las subidas de impuestos para reforzar las murallas defensivas en distintos sitios del territorio almorávide provocó los primeros disturbios y se puso de manifiesto la disconformidad creciente de Al-Ándalus con sus gobernadores almorávides. Uno de ellos fue el alcalde sevillano Alí ibn Majjuz, el cual huyó de Al-Ándalus al valle del Ebro, donde pactó una alianza con el rey Alfonso el Batallador para saquear y ocupar la tierra de Valencia, del mismo modo que lo había hecho pocas décadas antes.
Los almorávides respondieron enviando un poderoso ejército recién llegado del norte de África, que se unió a los jinetes africanos de los gobernadores de Córdoba y Murcia con el objetivo perseguir el rebelde Ibn Majjuz y Alfonso I. La batalla tuvo lugar el 1129 en el castillo de los Alcalans (Montserrat), y de allí salieron derrotados los almorávides. Según el poeta hispanomusulmán Ibn al-Abbar, la desastrosa derrota de los Alcalans hizo perder popularidad a los almorávides en Al-Ándalus y derivaría en la proclamación de los segundos reinos de taifa en la franja oriental de Al-Ándalus (a partir de 1144 en Valencia).
Mientras tanto, en tierras cristianas, en 1134 había muerto Alfonso el Batallador y le había sucedido su hermano Ramiro el Monje, que reinó en Aragón de 1134 a 1137; su hija Petronila casó con Ramón Berenguer IV de Barcelona, de esta forma surge el primer monarca de la Corona de Aragón (1137-1162) (con la unión del reino de Aragón y el condado de Barcelona). Durante este tiempo Ramón Berenguer IV tomó Tortosa (1148), Lérida y Fraga (1149) y concertó con Alfonso VII de Castilla el Tratado de Tudilén (1151), por el cual se adjudicaba la futura conquista de Valencia y Murcia a los reyes aragoneses.


Revuelta local contra los Almorávides (1144-1147)

Los aristócratas hispano-árabes iniciaron la revuelta contra los dominadores almorávides, a los cuales consideraban unos intrusos intolerantes que degradaban la anterior cultura refinada de los reinos de taifas andalusíes. La rebelión estalló el 1144, pero como había pasado en todas las anteriores revueltas indígenas andalusíes, carecía de coordinación y las distintas facciones se combatían entre sí, en un periodo de anarquía. La rebelión fue encabezada por Ahmad ibn Hud al-Mustansir, más conocido como Saif ad-Dawla, hijo del último rey hudí de Zaragoza. Inducido por su odio a los almorávides, se puso al servicio del rey Alfonso VII de Castilla. Disfrutaba de prestigio entre los andalusies, como quiera que era el heredero de los Banu Hud.



Al estallar la revuelta, Yahya ibn Ganiya (que había sido gobernador de Valencia)- comandaba los almorávides andalusíes, y había situado a su sobrino Abu Muhammad Abd Allah ibn Ganiya como nuevo gobernador de Valencia, ciudad que se sublevó contra los almorávides el 1 de marzo de 1145. El 2 de mayo se hacía con el gobierno de Valencia el cadí Abu Malik Marwan ibn Abd al-Aziz, el cual encargó la defensa de las fronteras al capitán Abd Allah ibn Iyad. Este capitán, que reconocía la soberanía de Saif ed-Dawla, poco después se adueñó de Murcia. Mientras tanto, en Valencia Abu Malik Marwan ibn Abd al-Aziz se mostraba incapaz de gobernar y sus soldados se sublevaron y colocaron en su lugar Abd Allah ibn Sano'd ibn Mardanis, que ocupaba el cargo de valí de Ibn Iyad de Murcia.

Saif ad-Dawla entró a Murcia en enero de 1146, como rey de la parte oriental de Al-Ándalus, y fue recibido con grandes honores por el gobernador Ibn Iyad. Después Abu Bakr, hijo de Saif ad-Dawla, acompañado del mismo Ibn Iyad, visitó Denia y Valencia, y también fueron recibidos con honores.
Sintiéndose fuerte, Saif ad-Dawla intentó deshacerse de la tutela de los castellanos, pero Alfonso VII de Castilla se había aliado ahora con Ats-Tsagrí, gobernador de Cuenca y rival personal de Saif ad-Dawla. Este último organizó un ejército comandado por el valí Abd Allah ibn Sano'd ibn Mardanis y formado por tropas de Valencia, Alicante, Murcia y Lorca, pero fue derrotado por los castellanos en Chinchilla el 4 de febrero de 1146. En esta batalla murieron Saif ad-Dawla y Abd Allah ibn Sano'd ibn Mardanis. Ibn Iyad sobrevivió, pero fue desposeído de su señorío de Murcia por ats-Tsagrí, que gobernó de mayo a septiembre de 1146 .

Sin embargo, Ibn Iyad fue capaz de reorganizar un ejército con tropas de Valencia, Alicante y Lorca, y marchó a Murcia, donde sabedores de la venida de Ibn Iyad, se sublevaron contra ats-Tsagrí, que moría en la revuelta. Ibn Iyad hizo la entrada triunfal en Murcia por segunda vez el 13 de septiembre de 1146. Pero un año después moría en una batalla contra los castellanos. El valí que, pese a su juventud, gobernaba Valencia de 1146 a 1147 era Muhammad ibn 'Abd Ajoāh ibn Sano'd ibn Mardāniš, hijo de Abd Allah ibn Sano'd ibn Mardanis, y futuro rey de las taifas de Murcia y Valencia, que sería conocido por los cristianos como el Rey Lobo.


Segunda taifa (1147-1171)

Los almohades, otro pueblo del norte de África, invadieron Al-Ándalus a partir de mediados del siglo XII. Pero tras la experiencia almorávide, poco afortunada en tierras valencianas, no fueran bien recibidos a la zona oriental de Al-Ándalus. En Valencia y Murcia Muhammad ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo (1147-1172), se hizo pronto con el poder y consiguió resistir el empuje de los almohades hasta un año antes de su muerte (1171).



Muhammad ibn Mardanis, mercenario de origen incierto, que había nacido en Peñíscola, consideró a Murcia capital de sus estados y nombró a su hermano Abu al-Hajjaj gobernador de Valencia, cargo en el que estuvo desde 1146 hasta 1186. Frenó los intentos de Aragón y Barcelona por conquistar el Reino musulmán de Valencia, gracias a los tributos que se comprometió a pagar a Ramón Berenguer IV (hasta 1161) para evitar que sus tierras corrieran la misma suerte que Tortosa, Lérida o Almería (las dos primeras conquistadas recientemente por el príncipe de Aragón y conde de Barcelona, 1148 Tortosa y 1149 Lérida y la segunda por Alfonso VII en 1147 con el apoyo catalano-aragonés y de la república de Génova), conquistadas recientemente. Comprometiéndose al pago de 100.000 dinares de oro, a cambio de ello Ramón Berenguer IV le apoyaría militarmente. También hizo un pacto con Pisa y Génova de diez años de duración, permitiendo el establecimiento de factorías en Valencia y Denia. Llegó a adquirir la taifa de Guadix en 1152 que previamente había atacado castellano-leoneses. En 1156-57 se declara vasallo de Alfonso VII entregando este a ibn Mardanis varias fortalezas
Rey Lobo fue un buen guerrero, pero demasiado dilapidador, y exigía demasiados tributos a sus vasallos, de forma que su hermano Abu al-Hajjaj entregó finalmente la taifa de Valencia/Murcia a los almohades (1171), y continuó él mismo como gobernador hasta su muerte el 1186.


Los almohades 1172-1228

Aprovechando la inestabilidad que causó la muerte del Rey Lobo, los cristianos intentaron hacerse con Balansiya. Alfonso el Casto conquistó Teruel en 1171, e hizo una incursión a la ciudad de Valencia en 1172, ante la cual Abu al-Hajjaj, que gobernó hasta el 1186 sometido al califa almohade, le ofreció duplicar el tributo que su hermano le había pagado a los reyes de Aragón y Cataluña.

En 1177 los castellanos tomaron Cuenca con la ayuda de Alfonso el Casto y por el tratado de Cazorla se estableció la futura delimitación de las áreas de influencia de Castilla-León y de Aragón-Cataluña. En el anterior tratado de Tudilén (1151), toda Valencia hasta Orihuela y la mayor parte de Murcia, debían caer dentro la Corona de Aragón, pero según el nuevo tratado, el área de influencia de Aragón sólo llegaría a la línea Biar-Busot, que en el extremo inferior fue el límite de las conquistas de Jaime I.

El sucesor de Alfonso el Casto, Pedro el Católico, giró sus ansias expansionistas hacia Occitania, aun cuando consiguió poner sitio y conquistar el Rincón de Ademuz en el año 1210.La perdida de Ademuz afecta a los almohades y es una de las razones que llevan a Muhammad An-Nasir a organizar la expedición que luego daría lugar a la batalla de Las Navas de Tolosa. Dos años más tarde se preparó el gran enfrentamiento entre cristianos y musulmanes. El califa Muhammad An-Nasir organizó una expedición de Al-Ándalus y tuvo lugar batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que acabó definitivamente con la supremacía musulmana en Al-Ándalus. En esta batalla estaban confederados el rey de Castilla Alfonso VIII de Castilla , el de Navarra Sancho VII, el de Portugal, Alfonso II de Portugal, el de Aragón Pedro el Católico, las tropas de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Temple y San Juan (Malta), más voluntarios europeos. Los musulmanes estaban capitaneados por Muhammad An-Nasir, hermano del futuro gobernador de Valencia Zayd Abu Zayd.

El ejército cristiano obtuvo una gran victoria el 16 de julio de 1212. Un año después murió Pedro el Católico en la batalla de Muret, y le sucedió en el trono su hijo Jaime I, que fue proclamado Rey de Aragón y y conde de Barcelona en el año 1214, a la edad de seis años. Mientras tanto, Zayd Abu Zayd empezó a reinar en en la zona oriental de al-Àndalus, apenas pocos días tras la derrota de las Navas de Tolosa

Ni los almohades, ni los almorávides habían conseguido fusionar los hispanoarabes con los norteafricanos en una unidad política estable. Apenas establecidos los califas almohades, se empezaron a disgregarse sus dominios. La situación de Valencia, ciudad adelantada en la frontera con los cristianos, y muy alejada de la capital almohade, motivó que sus gobernadores, Zayd Abu Abd Allah (de 1190 a 1213) y su hijo Zayd Abu Zayd (de 1213 a 1229) –nieto y bisnieto, respectivamente, del califa Abd Al-Mumin, fundador del imperio almohade, pudieron actuar con plena autonomía, e incluso se titularan reyes, aun cuando nunca acuñaron moneda ni negaran su sumisión al emperador almohade.

El 1224 Jaime I pide ayuda a los nobles de la Corona de Aragón para iniciar la conquista de Valencia, desde Teruel, Zayd Abu Zayd pidió una tregua al rey. Este aceptó a cambio de la quinta parte de las rentas de Valencia y Murcia. Para quitar presión, en 1225, decide hacerse vasallo del rey castellano Fernando III. Durante el verano de 1225, Jaime I intentó apoderarse del castillo de Peñíscola, pero los nobles aragoneses le dieron la espalda y fracasó.




Zayd Abu Zayd, último gobernador almohade del Valencia, (gobernador de las regiones de Valencia, Denia, Játiva e indirectamente de Murcia), empieza una rebelión indígena anti-almohade a la región de la región oriental de Al-Ándalus, encabezada por Ibn Hud al-Djudzaní, que se apoderó de Murcia en 1228 y dominó las regiones de Orihuela, Denia, Gandía, Játiva y Alcira, esto es, la mitad sur de la región de Valencia. Ibn Hud al-Djudzaní sitió también la ciudad de Valencia, pero no pudo tomarla, porque la ciudad y los dominios al norte esta se mantuvieron fieles a Zayd Abu Zayd. En 1227 reconoció a al-Ma´mūn, anterior gobernador de Córdoba y Sevilla, como califa almohade. En 1228 recupera los castillos de Villahermosa y Bejís, plazas del norte valenciano ocupadas anteriormente por los aragoneses.


Tercera taifa 1228-1238

El pacto entre Jaime I y Zayd Abu Zayd había hecho que muchos musulmanes se hubieron pasado al bando encabezado por el nieto del Rey Lobo, Zayyan ibn Mardanish, natural de Onda, creyendo que Zayd Abu Zayd los había traicionado por abandonar la ley de Mahoma y acercarse a la de Cristo. Dada la presión de Zayyan y sus seguidores, Zayd Abu Zayd abandonó la ciudad de Valencia y se trasladó al norte (Segorbe, Argelita, Castillo de Villamalefa...). Zayyan va a entrar triunfalmente en la ciudad de Valencia en enero de 1229, aunque no llegó a convertirse en rey. Desde Murcia, el rebelde anti-almohade Ibn Hud al-Djudzaní, había sitiado la ciudad de Valencia presionando a Zayyan para que la abandonara, pero una amenaza desde Castilla hizo que Ibn Hud se retirara a Murcia. Todo este desorden en la ciudad de Valencia hizo crecer las ansias de Jaime I por intentar de nuevo la conquista del Reino.

Zayd Abu Zayd, con la intención de recuperar las posesiones que Zayyan le había descuajado, se sumó a la conquista cristiana, y se unió en Calatayud, en 1229, con Jaime I, por ofrecerle ayuda para la conquista de la taifa de Valencia. En este tratado, Zayd Abu Zayd le prometió a Jaime I la cuarta parte de lo que conquistara y algunos castillos estratégicos como fianza del pacto. A cambio, el rey aragonés le dio palabra de ayudarlo y protegerlo contra todos los que atacassen sus posesiones en este reino todavía musulmán.

Antes de iniciar la conquista de la taifa de Valencia, Jaime I conquistó Mallorca, por lo cual durante estos años, tan sólo unos pocos nobles catalano-aragoneses ayudaron Zayd Abu Zayd en el norte. Incapaz de recuperar los castillos perdidos, Abu Zayd va a tener que aceptar un tercer pacto, en 1232, por el cual cedía todas las rentas de la ciudad de Valencia y su huerta. Conquistada Mallorca (1229), en 1232 Jaime I inició la conquista de la taifa de Valencia. Empezó por el Sitio de Burriana, que durara dos meses, cayendo en julio de 1233. Inmediatamente después cayeron todos los castillos al norte de esta ciudad, entonces capital de la Plana, entre los cuales había Peñíscola, Castellón de la Plana, Borriol, Cuevas de Vinromá y Vilafamés.

En aquel momento casi todo el reino estaba en poder de Zayyan, excepto los castillos de Segorbe, Ayódar, Almenara, Puebla de Arenoso, Cirat, Liria , Nules, Onda, Castillo de Villamalefa y algunos otras, que seguían fieles a Zayd Abu Zayd.

En 1236 Abu Zayd se convirtió al cristianismo, siento bautizado con el nombre de Vicent Bellvís. El mismo año, cedió todos sus territorios al obispado de Segorbe, en prueba de su conversión. Este mismo año firmó un cuarto y definitivo acuerdo con Jaime I donde se confirmaban los acuerdos anteriores y convertía a toda su dinastía en vasallos de Aragón.

Después de ser derrotado por Jaime I en la batalla del Puig de Santa Maria, se hizo fuerte en la ciudad de Valencia. En 1238, Jaime I sitió la ciudad de Valencia ayudado por nobles catalano-aragoneses y por el propio Abu Zayd. Tras cinco meses de asedio, consiguió que Zayyan se rindiera, lo que se aceleró al no recibir la ayuda esperada del sultán de Túnez. Entregó a Jaime I la ciudad el 28 de septiembre de 1238. En los acuerdos de capitulación Zahén pactó con rey aragonés su salida y la de los suyos de tierras valencianas, a través del puerto de Cullera, hacia Túnez.


Publicado por al-Andalus




martes, 4 de marzo de 2014

POEMA ANDALUSÍ - A PROPÓSITO DE LA GRAN QUEMA DE MANUSCRITOS A MANO DEL PERVERSO CARDENAL CISNEROS




Dejad de prender fuego
a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia
para que bien se vea
quién es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.


(Aisa Bint Ahmad)



No debería olvidarse que al finalizar la conquista de Granada por los Reyes Católicos se desató una feroz y sistemática destrucción del inmenso tesoro bibliográfico expoliado a los vencidos. Desde la primera quema de varios miles de manuscritos árabes ordenada por el cardenal Cisneros hasta años después de la definitiva expulsión de los moriscos, la Inquisición se empleó a fondo con esa trágica eficacia de la que el cristianismo ha dado tantas pruebas a lo largo de la historia.

Una vez más una de tantas maravillas destruidas por el egoísmo humano con fines ocultos políticos, estúpidos y/o religiosos. A ver si aprendemos de una vez la lección. La medicina moderna entre otros, estaría mucho más avanzada si no se hubieran perdido joyas como éstas.

La llegada de Cisneros a Granada cambió por completo la política, pues termina con la época de tolerancia que había existido (1492-1499) e implanta una de represión y persecución.

Esta política de Cisneros, que contravenía las Capitulaciones pactadas, llevó a la población granadina a sublevarse, pidiendo el respeto a las mismas. Cisneros aprovechó la sublevación para asaltar la Madraza y terminar con los estudios que en ella se impartían, su biblioteca fue llevada a la cercana plaza de Bib-Rambla y quemada.

"Los libros se queman para que el olvido triunfe sobre la memoria, para desarraigar a un pueblo, y cuando arden, perdemos la memoria, somos nosotros los que nos perdemos"



Tres manuscritos andalusíes que fueron hallados durante las obras de reforma de una vivienda, en el interior de un muro, donde habían permanecido ocultos durante más de quinientos años, después de salvarse de la quema de libros en Granada en 1501. Entre los libros está el único Corán andalusí que se conserva en España.

domingo, 2 de marzo de 2014

EL HAMMAN DE RONDA (MÁLAGA) - LOS BAÑOS ÁRABES MEJOR CONSERVADOS DE TODA LA PENÍNSULA

HAMMAM DE RONDA

Un espacio para el aseo, la purificación y el ocio

sala fría de los baños de Ronda, Málaga


Los baños árabes de Ronda, en la provincia de Málaga, son uno de mejor conservados en la Península.  Durante el período andalusí existió un sinfín de ellos, tanto en las ciudades como en el medio rural, unos más modestos y otros espléndidos.  A medida que el Islam se fue extendiendo, los árabes fueron absorbiendo y desarrollando las técnicas propias de la cultura preexistente, en este caso las termas romanas, dispersas a lo largo del mar Mediterráneo.


sala templada de los baños de Ronda, Málaga 


El hammam es un baño de vapor de agua, de ahí que su estancia sea tan placentera. Las paredes y el suelo llevaban conductos, tubos de cerámica, por donde pasaba el agua que se calentaba en la zona de calderas alimentada con leña.  Era una sensación agradable pisar, con los pies descalzos, sobre el mármol o apoyar la espalda en las paredes tibias. 

Debemos imaginar el disfrute de los andalusíes en los baños a lo largo y ancho de todo el territorio de al-Andalus y el mar Mediterráneo. El hammam era un lugar de convivencia y común para las tres religiones, práctica habitual en al-Andalus y criticado por los alfaquíes tal como indica el tratado de Ibn Abdun:

“un musulmán no debe dar masaje ni a un judío ni a un cristiano”.

Otra interesante crítica de Ibn Abdún es: 

“… los bañeros, los masajistas y los barberos no deberán circular por la casa de baños sino con calzones y zaragüelles...”   

El poeta del siglo XI Ibn al-Mugallis escribió este poema acerca del ambiente en los baños:

“El hammam es un lugar en el que los hombres,
Reunidos, se parecen todos, ya sean criados,
Ya sean señores.
El hombre se codea con gente
Que no son sus amigos
Y su enemigo puede ser su compañero.”

En Ronda se sabe que existían al menos cuatro baños, sin embargo éste era el más grande, situado extramuros de la ciudad, en un barrio con callejuelas y pequeñas plazas con sus viviendas y talleres de artesanía, junto al arroyo de las Culebras y el río Guadalevín, con lo cual tenía asegurada el abastecimiento de agua. 



puente romano y antiguo acceso a Ronda andalusí



arroyo de las Culebras 



                                                                                                      








El hammam de Ronda tiene la característica de haber sido construido junto a la puerta más importante de la ciudad amurallada y el puente romano.  Entre los siglos XIII y XIV Ronda pertenecía al reino nazarí y era uno de los pasos obligados hacia el Estrecho y el Magreb, por lo que el trajín de viajeros y tropas era considerable, de ahí probablemente el valor de este hammam, dispuesto en un lugar clave, con la idea de facilitar a los viajeros y soldados la posibilidad de un baño.


puente romano, acceso donde estaba la puerta y
los baños junto al arroyo.

La costumbre era que los hombres acudieran por las mañanas, mientras que las mujeres lo hacían por las tardes.  Los baños se empleaban con fines religiosos, como la purificación y   también jugaban una función social, como lugar de encuentro, de charla e incluso de negocio.
Ir al hammam supone seguir un ritual, que lleva su tiempo, atravesando una a una, sin prisa, las tres estancias cada cual con su función. Se accedía a un patio porticado con fuente en el centro, donde estaban las letrinas en un costado, había una zona de vestuario y sala de recepción (al-bait al-maslaj), luego se pasaba a la Sala fría (bait al-barid), que consistía en un rectángulo con pequeñas albercas con agua fría para reposar antes de proseguir hacia la sala templada (bait al-wastani). Finalmente disfrutar de la sala caliente (bait al-sajun) junto a la caldera. Como ven a medida que las salas se van alejando de la zona de la caldera, las salas se van enfriando.



letrinas de los baños

sala de recepción porticada 

sala templada de los baños



El ciego de Tudela, poeta del siglo XI, expresó así el contraste del calor y el frío:

“¡Cuánto fulgor y cuánto esplendor tiene nuestro hammam!
Al verlo, se diría que es cosa de magia.
Es un refugio que reúne el agua y el fuego,
Como el corazón que encierra alegría y tristeza.”
“Agua y al mismo tiempo fuego abrasador,
Como el sol mientras cae la lluvia.
En el suelo, un mármol blanquea
Como la nieve en el momento
En que empieza a fundirse.”



caldera del baño, situado junto a la sala caliente 
espacio por dónde se echaba leña para mantener el calor 


canalización para el abastecimiento de agua


El personal del hammam velaba no sólo por el buen funcionamiento del baño sino también por el bienestar de los clientes, a los que lavaban y  frotaban con fuerza con una esponja, para quitar la piel muerta. Después disfrutaban del deleite de un masaje reponedor con aceite de romero.

Las mujeres se depilaban empleando algo parecido al caramelo, que es una mezcla de azúcar con agua, se aplicaba sobre la piel en caliente para luego tirar extrayendo el vello con la raíz. Periódicamente se tintaban el pelo con henna y se perfilaban las cejas o se hacían la manicura. Para ellas suponía pasar una tarde con amigas, vecinas y familia en un entorno donde podían moverse con total libertad.  





Aunque parece no ser el caso de Ronda, es interesante señalar que, las descripciones de los baños abundan en la poesía. Las menciones a estatuas de figuras humanas de origen romano o bien, pinturas murales con escenas báquicas o mosaicos romanos con figuras de peces. En Sevilla, por ejemplo, era famoso el hammam Sattara por una escultura romana de mujer.  
Ibn Shuhayd, poeta también del siglo XI lo describe así:




Espero que este breve artículo les haya gustado, el video a continuación está realizado específicamente sobre el baño árabe de Ronda por Turismo de Ronda y subido a youtube en el año 2009. En él pueden ver con todo detalle el funcionamiento técnico de los baños y cómo y por dónde circulaba el agua. 

Muchas gracias, amigos y hasta pronto, Inshallah.

Por Elisa Simon 

BIBLIOGRAFÍA: 

- Sevilla a comienzos del siglo XII. Tratado de Ibn Abdun traducido por Emilio García Gómez y E. Lévi-Provençal. Biblioteca de temas sevillanos.
- Esplendor de al-Andalus. Henri Pérès, traducción de Mercedes García-Arenal. Libros Hiperión. 
-  http://www.turismoderonda.es/catalogo/esp/baniosarabes.htm pinche aquí 


*.- Lo he traído de un blog maravilloso que me encanta y aporta mucho, De Al-Andalus a Serafad, graciassss:


https://www.facebook.com/DeAlAndalusASefarad



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...